miércoles, 24 de septiembre de 2008

Über Coca

«Coca»
Sigmund Freud

Diciembre de 1884
Muchas revistas médicas norteamericanas publicaban periódicamente páginas
de traducciones de textos extranjeros. El artículo que sigue fue la primera
traducción de «Über Coca» de Sigmund Freud al inglés, pero debe tenerse en
cuenta que no es una traducción en el sentido corriente del término. Es a la vez
un resumen del artículo original y un compendio de varias fuentes. En especial
debería notarse que la opinión sobre el uso de la cocaína para el tratamiento
del morfinismo no es de Freud sino de Fleischl, y probablemente fue tomada del
artículo de E. Merck.
La planta Erythraxylon coca es cultivada en extensas áreas de Sudamérica,
sobre todo en Perú y Bolivia. Era una planta que conocieron y valoraron
altamente los conquistadores españoles del Perú. La planta estaba
estrechamente vinculada a ceremonias religiosas. Las hojas eran ofrecidas en
sacrificio a los dioses, masticadas durante la adoración, y puestas en la boca de
los muertos a fin de asegurarles una favorable acogida en el otro mundo. El
gobierno local de Lima prohibió su uso tachándolo de pagano y pecaminoso.
Pero cuando los españoles vieron que los indios no podían realizar las pesadas
tareas que les imponían en las minas si no tomaban esas hojas, suprimieron la
prohibición. Se la daban a sus trabajadores tres o cuatro veces al día, y la
costumbre ha continuado hasta nuestros días.
Los indios llevan consigo, cuando van errantes de un pueblo a otro, una bolsa
con hojas de coca, y también un frasco con cenizas de un árbol. Hacen con las
hojas una bola en la boca, la perforan con un clavo empapado de cenizas, y
después mastican la bola envolviéndola con saliva. Suelen tomar generalmente
entre cien y ciento veinte gramos al día. El hábito de masticar hojas de coca
empieza entre ellos cuando llegan a la juventud, y ya nunca lo abandonan.
Cuando tienen que emprender un viaje largo, o cuando cohabitan con sus
esposas, o hacen cualquier cosa que exija un gran esfuerzo físico, aumentan la
cantidad de hojas de coca. Hay abundantes pruebas que hablan de que los
indios son capaces de llevar a cabo los trabajos más pesados sin sentir
necesidad de comer si pueden ir mascando coca.
El uso inmoderado de la coca provoca caquexia, indigestiones, adelgazamiento
y pérdida de fuerzas, depravación mental de tipo antitético, apatía por todo. En
general se trata de un estado que recuerda mucho al que producen la morfina y
el alcoholismo. Esta caquexia de la coca siempre es resultado de su abuso. En
cambio, no se produce nunca como resultado de una desproporción entre los
trabajos realizados y la dosis tomada.
Una sustancia eficaz de las hojas de la coca es la cocaína. Este cristal tiene
sabor amargo, causa anestesia en las mucosas, es difícil de disolver en el
agua, y más fácil en alcohol y ácidos diluidos, sobre todo en el ácido clorhídrico.
Según los resultados producidos por los experimentos, la coca es, tomada en
dosis pequeñas, un estimulante. En dosis grandes paraliza los nervios, sobre
todo en animales pequeños. En las ranas produce un breve período de
estímulo, pero en seguida resulta paralizadora. Primero se atrofian las
extremidades de los nervios sensoriales, después los nervios sensoriales
mismos. Al principio la respiración se acelera, y después se detiene. El corazón
ve reducida su acción hasta llegar a un descanso diastólico. Una dosis de 2 mg
causa síntomas tóxicos. La cocaína excita en los animales de sangre caliente
los centros psíquicos y cerebrales. Los perros a los que se ha administrado
0.01 gramos de cocaína por kilogramo de peso muestran perturbaciones
maníacas, y también movimientos pendulares de la cabeza.
La cocaína causa una aceleración de la respiración, un aumento de la
frecuencia de las pulsaciones por la paralización de los nervios vago, midriasis,
aumento del peristaltismo, elevación de la presión sanguínea y disminución de
las secreciones.
El efecto que tiene la cocaína en el ser humano no es muy diferente al que
producen las hojas de coca. El autor tomó 0.05 gramos de cocaína en una
solución al 1 % cuando se encontraba cansado y con malestar. La solución
tenía al principio sabor amargo, pero pronto cambió y se hizo bastante
agradable. Al cabo de unos minutos se sintió muy alegre y a gusto. Los labios y
la lengua parecían habérsele arrugado y luego los sentía
desacostumbradamente calientes. La respiración se hizo más lenta y profunda,
se sintió cansado y somnoliento y se puso a bostezar. Notaba la mente
confusa. Después de unos minutos empezó la auténtica euforia de la cocaína,
con frecuentes eructos fríos. El pulso era al principio más lento y después más
acelerado, y con mucho calor en la cabeza.
En otras experimentaciones se encontraron eritemas, aumento de la micción,
resecamiento de las conjuntivas y de la mucosa nasal, bucal y de la garganta.
El efecto físico del cloruro de cocaína en dosis comprendidas entre 0.05 y 0.10
gramos consiste en alegría y euforia constantes. No se produce un tipo de
alegría semejante a la que da al alcohol. La persona que toma la cocaína se
siente segura de sí misma, vigorosa y activa, pero no con la excitación mental
que producen la cafeína, la teína y el alcohol, sino simplemente con una fuerza
normal y una gran capacidad de trabajo. Estos son los efectos más
maravillosos de la coca. Es posible, habiéndola ingerido, llevar a cabo los más
prolongados, persistentes e intensos trabajos mentales o musculares sin sentir
fatiga. El hambre y el sueño, tan imperativos generalmente, dejan de sentirse y
tenerse en cuenta. Cuando se ha tomado cocaína se puede comer y beber,
pero se tiene la convicción de que fácilmente se podría prescindir de ello. Se
puede también dejar de dormir, aunque, si se desea, el sueño viene sin
dificultades. En la primera fase de la ingestión de cocaína siempre se produce
insomnio, pero no es un insomnio molesto ni doloroso.
El efecto de una dosis corriente de cocaína va disminuyendo poco a poco, de
forma que resulta difícil determinar con exactitud su duración relativa. Si se
realizan trabajos muy pesados e ininterrumpidos mientras se está bajo los
efectos de la cocaína, durante períodos de cuatro o cinco horas, es necesario
repetir la dosis para evitar la fatiga. El efecto será más duradero sin embargo si
el trabajo es menos pesado. Después de que desaparece la euforia causada
por la coca no aparece ningún tipo de lasitud. El efecto de una dosis de 0.05
gramos durará veinticuatro horas.
Terapéuticamente es utilizada como estimulante siempre que se necesite
mantener un aumento de la capacidad de esfuerzo físico sin alimentos ni
descanso; así, en las guerras, viajes largos, escaladas de montaña, etc., en las
que tanto se suele valorar el alcohol, la coca es un estimulante que da muchas
más fuerzas y resulta además absolutamente inofensiva aunque se tome
durante períodos continuados. La única objeción es su alto costo.
También se recomienda la coca para personas con problemas digestivos; se
trata del correctivo de la digestión más antiguo, mejor conocido y más
recomendable. Las diversas presentaciones de la coca pueden recetarse para
dispepsias en todas sus formas, sobre todo las producidas por casos de
debilidad general. Con dosis pequeñas de cocaína (de 0.025 a 0.05 gramos) se
logra hacer desaparecer la indigestión, la lasitud, y la incapacidad de trabajar.
También ha sido recetada y ha obtenido buenos resultados en casos de
caquexia y sífilis, así como en casos de morfinismo y alcoholismo: esta
considerada como un antídoto total contra la morfina. Y ha demostrado también
ser muy beneficiosa en trastornos de tipo asmático.
Por encima de todo se han descubierto los efectos anestésicos locales del
cloruro de cocaína en la oftalmología, y este hecho ha sido confirmado por
oculistas tanto europeos como norteamericanos.
El profesor Fleischl. de Viena ha confirmado que el cloruro de cocaína es
valiosísimo, utilizado mediante inyecciones subcutáneas, para tratar el
morfinismo (de 0.05 a 0.15 gramos disueltos en agua). Se utiliza la técnica de
reducir gradualmente las dosis de morfina e ir elevando paralelamente las de
cocaína. Si se quiere producir una abstinencia brusca de morfina es necesario
aumentar la dosis de cocaína hasta llegar a inyecciones de 0.1 gramos. Gracias
a ella es posible prescindir totalmente de los asilos para alcohólicos; se puede
conseguir una curación radical en diez días inyectando 0.1 gramos de cocaína
tres veces al día.
Después de excesos en comida o bebida, la cocaína restablece la buena
digestión mejor que ningún otro preparado. Una dosis entre 0.025 y 0.05
gramos bastara para ello.

2 comentarios:

Masificados dijo...

no me puse a leer todavia esta teoria sobre la coca pero queria decirte que me encanto lo anterior qeu subiste....nosotros subimos otra mas...

la represion del ello es tan verdadera que me asusta...aunque vos lo sabras mejor que yo.


beso ferr me encanta tu blog.

comentario al margen: como hiciste para sacar esa foto en la facu??


Marti

Anónimo dijo...

no pain, cocain! 0 Resistencia a la frustración, me ha tocado de cerca, en un momento me enamoré de un cocainómano y aún lo estoy... no prosperó, nose si para mejor o peor. Por suerte el está intentando salir pero ya no quiere saber nada de mi. Saludos Fer


Beth