sábado, 9 de mayo de 2009

Reflexiones sobre "El Volver"

Es una evidencia. Hace bastante tiempo que viene rondando en mi mente un grupo de ideas que no logra otra cosa que expresarse compulsivamente una y otra vez. Tengo que admitir que se han manifestado tanto en mí que lo mínimo que puedo hacer es intentar un ordenamiento más o menos claro. Y así, de ese modo, avanzar hacia otra cosa: salir de este estancamiento.
Me dí cuenta de que tenía que hacer esto cuando no hacía otra cosa que volver siempre sobre el mismo tema. Por más que intentaba crear una originalidad o algo novedoso, en algún punto siempre había un retorno hacia esa situación, ese hecho, que no hacía más que repetirse, de maneras diferentes, disfrazándose, escondiéndose: siempre aparecía ahí, sin disimulo.
Se preguntarán ¿Cuál será ese hecho, ese tema tan recurrente? Pues no es otro que “el volver”. Parece un absurdo, pero no. Este último tiempo no he podido dejar de volver sobre “el volver”. Ya lo había planteado, de alguna manera, quizá no muy clara y en forma de cuento en “El dilema de cómo hacer para volver” o “Tradición-Traición”. En fin: esta situación de volver, este desafío al tiempo y las distancias, al espacio físico en sí, no hace otra cosa que repetirse incansablemente.
A partir de aquí es que me surge la ardua necesidad de preguntarme sobre el volver. Teniendo en cuenta que nunca es bueno comenzar una reflexión comenzando por definiciones, no voy a preguntarme directamente “¿Qué es el volver?”, ya que tampoco es lo que me interesa saber.
Sin dudas, todo volver hace referencia al tiempo, y fundamentalmente a un tiempo “pasado”. Esto es necesario y casi irrefutable, si no fuera porque volver también hace referencia al cambio. Yo puedo volverme tonto, vos podés volverte viejo y él puede volverse loco. Se refiere al cambio de cualidad o estado de una persona o cosa. Pero no es este el sentido de volver que me quita el sueño, sino más bien el primer sentido, el hecho de hacer presente un hecho pasado va a ser el blanco de estas reflexiones.
Después de estas aclaraciones, la condición de que volver siempre va a hacer referencia a un tiempo pasado es incuestionable, ya que es muy difícil volver a un tiempo presente o a un tiempo futuro. Si yo quiero volver, supongamos, a una situación, un estado, un momento, un hecho, un lugar, etc., este siempre va a tener que ubicarse en un tiempo anterior al presente. Como de ninguna manera se puede retroceder el tiempo, entonces lo que se hace es actualizar un hecho pasado, una acción, etc. en el presente. Esa es la forma de volver, lo que no significa retroceder. Hoy, con estas ideas (bastante cuestionadas, por suerte) de “progreso”, de “avanzar”, “crecer”, etc.; el hecho de volver es un horror. Mientras menos memoria tengan los hombres, más libres serán; parece ser la consigna. Hay que ir para adelante: Una farsa bastante evidente. Volver, muchas veces, es una forma de progresar. Los hombres somos históricamente dependientes, lo cual nos obliga siempre a tener que volver. Tampoco se trata de caer en el pesimismo de pensar que todo tiempo pasado fue mejor, pero este volver es una necesidad humana, tan vital como el alimentarse o el dormir.
Si lo pensamos así, esto nos obliga a cuestionar la vida como un proceso lineal y dividido en etapas sucesivas. Nuestra reflexión nos dice que no es así. La vida, de alguna manera, podría estar representada por un círculo, donde se avanza y se retrocede a la vez, o por un espiral donde se está volviendo siempre, donde las etapas no son claras y están solapadas unas con otras, mezcladas y entrelazadas. Las situaciones, les hechos, los lugares, los modos, las acciones, las formas, las personas, etc. se repiten todo el tiempo, mutados, combinados, disfrazados, siempre vuelven, los déjà vu aparecen inevitablemente, tan irresistibles como el hecho y el deseo de volver.
Pero está claro que no se puede volver para quedarse. El hacerlo traería problemas muy graves. Uno vuelve para luego irse, alejarse nuevamente. Si uno volviera para quedarse atado a ese regreso nunca más podría volver, ya que solo lo podría hacer si se hubiese ido.
El hecho de volver a cometer siempre los mismos errores se nos aparece de repente. El equivocarse en lo mismo, esta vuelta no deseada hacia lo desagradable, hacia lo no querido, es inevitable también. Y junto con ese volver no deseado viene el volver a empezar, algo que hacemos mucho a lo largo de toda esta vida espiralada. Estamos empezando cada segundo, y volvemos a empezar a hacer las misma cosas, y de la misma manera, como si se tratara de una compulsión obsesiva o un ritual. Muchas veces este “empezar” queda solo en un volver a intentar, algo que es más de un ser cabeza dura y retobado que de un ser humano pensante y racional.
Está en evidencia, entonces, este eterno regresar, esta curva tan humana que nos lleva siempre a los mismos lugares de donde partimos, las mismas sensaciones. Este largo retorno al punto de partida, de donde empezamos todo el tiempo, y no dejamos de empezar. Acá es donde puedo preguntarme que tan saludable es esto, esta manía de no dejar de estar atados y de volver todo el tiempo, sin poder liberarse. El quedarse ahí, sentados y volviendo sobre un pasado que ya pasó, pero que no deja de hacerse presente y futuro. Un pasado que atraviesa el tiempo, las ideas, las ganas, en fin: la vida. No sostengo para nada el hecho de dinamitar nuestras memorias, sino que planteo el poder dejar de ser adictos a ellas, volviendo sin remordimientos, convirtiéndonos es esclavos de aquello.
Hasta acá es donde pude llegar. No sé si logré ordenar mis pensamientos como lo deseaba, pero seguramente tendré que volver sobre este tema, como nuestra conclusión nos lo dice. Espero encontrar elementos que me ayuden a completarlo y así contentarme, ya que esto es solo un pequeño boceto, en el que quedaron algunas cosillas por fuera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿qué es rasudoque?

Anónimo dijo...

ahhhh

no creo que el no volver haga la libertad, ya que al ser ignorantes somos más esclavos. El hombre se hace con la experiencios, y eso por lo que das a entender y o por lo que yo entiendo, la experiencia es un volver. y sin experiencia ni los animales sobrevivirían en el mundo.

"vuelvo hermoso, vuelvo tierno" me recordo la canción de inti - illimani, escuchala se llama "vuelvo"