domingo, 15 de marzo de 2009

ASÍ

Y así, sin darme cuenta, sin que nadie me lo preguntara, ya estaba adentro del juego. Un lugar donde la planificación y la estrategia, por perfectas que fueran, no tenían sentido. El azar reinaba por sobre todas la reglas, constituciones, decretos, ordenanzas y leyes físicas. Todo dependía de él. Cuando tomé conciencia ya había tirado los dados una decena de veces y lo que allí estaba sucediendo no dependía de mí, ni de nadie. La única forma de salir era que el juego acabara, pero el tiempo y las piezas sobre el tablero me susurraban al oído que faltaba demasiado, y solo tenía una opción: seguir jugando.
Un sistema casi perfecto, manteniéndome en vilo, preocupado y sin certezas. Los demás jugadores parecían ignorar toda la situación. Sus rostros paralizados, inmóviles, lo observaban todo. Intenté decírselos, pero no me lo permitieron. Nadie quería perder: nadie dejaba de jugar.
Evidentemente era yo, ya que ellos, despreocupados, festejaban sus rachas de suerte, mientras mis dados redondos no dejaban ni un minuto de girar, mareados y atolondrados, chocándose entre sí. La cosa siguió, y cada uno ocupándose de lo que le correspondía a su soberanía personal, no miraba al resto. Éramos varios, pero estábamos solos. Cada uno consigo mismo.
De ese modo, mientras algunos veían el triunfo tan cercano, arrancándose los ojos por una tonta ambición, perdimos. El juego se hizo infinito y quedamos todos agonizando allí, viéndonos morir. Un cubilete desfondado y las fichas desparramadas sobre la mesa son lo único que quedó de aquello que ni el propio azar pudo impedir. “La tristeza durará por siempre”, dijo el artista antes de partir con su pecho agujereado por un plomo: y así, sin darme cuenta, sin que nadie me lo preguntara, se metió en mis cuentos, con sus girasoles y su fracaso en vida, y no se fue nunca más.

F.G.

4 comentarios:

Nicolás dijo...

Escena perturbadoramente familiar jaja me gustó esta publicación también, tenés estilo che, y eso es algo que da gusto encontrar.

Djuna dijo...

al leer me sentí recorriendo una casa antigua con muchas habitaciones, cada uno decorada con fotografías a blanco y negro y dados que exclusivamente caían en la parte mal estructurada del juego.

Paula_Yates dijo...

Llegué de pedo por el blog de Palette... me gustó mucho lo que escribiste... seguiré paseando por acá.

Saludos

DOC RUDOLPH dijo...

Gracias...

...no puedo decir mas que eso!