jueves, 27 de noviembre de 2008

El Hombre Nuevo

El “Hombre Nuevo”. Suena bien. Uno lo puede leer muchas veces, puede repetirlo en voz alta y hasta sentir eso que produce cuando uno lo oye. Pero ¿Qué quiere decir? No es solo un sustantivo adjetivado esperando que le pongan un verbo para que pueda ser algo más. El Hombre Nuevo es más de lo que dicen esas once letras acomodadas una detrás de la otra. Esas dos palabras juntas, sin importar el orden, dicen tantas cosas que no le hace falta verbo alguno, porque él mismo es acción en su esencia.
Hombre del futuro, forjado en la fragua de la justicia con las herramientas de la moral y la ética, estructurado en la vanguardia guerrillera, generador de conciencia revolucionaria y entusiasmo combativo.
Hombre que quiere nacer todos los días en nosotros, pero que muere diariamente en su estado más embrionario. Sepultado por ilusiones, fantasías y deseos sustentados en la realidad más irreal pensable. Hombre que intenta ver la luz, pero es abortado por una sociedad que no lo deja ser, una sociedad anticonceptiva que potencia la individualidad y la ignorancia, transformando el río de la humanidad en una zanja de agua estancada, sin vida.
Hombre que se constituye como tal en su acción, en su praxis. Impensable, inacabado.
Si dejáramos que éste eche raíces en nosotros y pueda florecer: eso si sería una primavera.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

DESGRACIA

Ella tocó mi puerta, como muchas otras desgracias lo hicieron antes; y siempre que una desgracia tocó mi puerta, abrí. Allí estaba, parada, fija y sonriendo. Traía una cajita en su mano. Supuse desde el principio que venía a llevarse mi corazón. Solo me miraba y sonreía. La hice pasar. Le ofrecí algo de tomar. Mientras dejaba la cajita sobre la mesa me dijo que tenía calor. Se quitó la piel y la dejó en el perchero. Yo amagué a subir el aire acondicionado, pero como recordé que no tenía, encendí el ventilador de techo. Fue un error no haber tenido en cuenta su altura. Cuando las paletas comenzaron a girar ¡¡¡PAFFFF!!! Voló su cabeza contra el macetero, cayendo sobre unas plantas. Comenzó a gritar y a hacer escándalo. Estaba muy enojada. De repente empezó a hablar en un idioma muy raro. Mi cabeza se atrofió y estaba que estallaba. Mis pies parecían derretirse. El dolor se me hacía cada vez más fuerte. Ella se acercó a mí y con un golpe muy violento incrustó su mano en mi pecho. Revolvió un rato con sus dedos, con mucha paciencia. El tiempo pasaba y empezaba a preocuparse. Siguió buscando hasta que se dio cuenta de que lo que había venido a buscar ya se lo habían llevado. Se paró de un salto, tomó su cabeza, su piel, la pequeña caja y se marchó. Yo tardé en reintegrarme. Me dio mucha risa en ese momento. Ella que quería mi pequeño e inservible corazón, y yo lo había cambiado la semana pasada por un poco de AMOR. Todavía me quedaba un poco en la bolsa, pero no sabía que iba a hacer cuando se me termine.